Lo cierto es que el juego online está de moda, y cada vez más y más gente se une a la comunidad de ususarios que apuestan a través de internet, ya sea en casinos online, salas de poker, apuestas deportivas, bingo, hipódromos...
Y eso que todavía queda una parte importante del mercado sin regular, lo que significa que, en teoría, la cosa debe seguir creciendo. Porque, de hecho, siguen habiendo ilegalidades: sitios fraudulentos y jugadores que ni se preocupan dónde meten su dinero. Y eso es grave.
Como ya he dicho alguna vez, la mejor solución para ello no es prohibiendo, sino regulando, crear leyes que permitan a los apostadores seguir apostando, a las salas pagar sus impuestos, control sobre qué clientes acceden a los casinos, evitar a los menores, a jugadores con problemas de ludopatía...
Pero, aunque todavía queda algún romántico que cree en estas razones o a la inversa para apoyar o criticar el juego online; lo cierto es que las cosas son movidas por la economía. Y en este punto, cabe decir que, en estos momentos, el juego online podría generar unos buenos ingresos para las maltrechas arcas estatales de algunos países.
En recientes fechas, el Wall Street Journal publicó un análisis sobre lo que podría generar el juego online en cuestión de impuestos al Estado, y el resultado es $40 billones en 10 años.
Parece realmente increíble, pero es que el mercado potencial de USA es gigantesco, y las prohibiciones no parecen hacer más que empujar a la gente al juego online, toda vez que el juego en Las Vegas parece estar de capa caída, puesto que la crisis económica mundial, que no acaba de arreglarse, ha afectado también a la meca del juego.
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