Barney Frank, congresista norteamericano, y auténtico líder en la lucha por legalizar el juego online, está agrandando su lista de apoyos, y el último en sumarse ha sido Anthony Weiner, curiosamente republicano, que representa el Distrito 9 de Nueva York, y que se ha convertido en el número 63 de la lista de Frank.
Parece que las cosas llegarán pronto a la solución final, una vez que los debates sobre la sanidad y la energía lleguen a su fin, y le toque el turno al proyecto de ley que debería tirar por tierra la vigencia de la UIGEA, que, entre otras cosas, prohíbe a las instituciones financieras llevar a cabo transacciones relacionadas con el juego de apuestas.
Uno de los puntos polémicos es la no inclusión, en el nuevo proyecto, de las apuestas deportivas, mientras que juegos de azar y poker sí lo están. Parece que la presión de las distintas asociaciones deportivas han puesto mucho empeño en que esto sea así. De todos modos, cabe resaltar que en algunos estados sí están permitidas.
Ese es otro punto importante: la posibilidad de que sea el gobierno federal quien regule el juego online, o dar la capacidad a cada estado para que obre como considere conveniente.
Pero grupos privados también invierten para que se cumplan los que más le interesa. Algunos operadores físicos están a favor, y otros en contra. Así que cada uno aprieta por un lado.
El gran problema de todo esto es que los americanos siguen jugando y apostando online, y las arcas del estado no se están llenando con unos ingresos potenciales millonarios. Tampoco parecen darse cuenta que la regulación traería consigo menos delitos relacionados con el juego (que en USA los hay a montones) y más seguridad, obligando a los operadores online a mantener un control sobre los usuarios más 'débiles', tales como menores o personas con problemas de ludopatía.
Se hace esperar, pero la solución llegará. Cada vez hay más grupos de presión.
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